El término para hacer una fotografía de ti mismo y publicarla en las redes sociales es selfie. Aunque algunos lo consideran el colmo del narcisismo, de hecho hay algunas buenas razones para hacerse un selfie de vez en cuando.

Cuando otros te hacen una foto, no tienes ningún control sobre el resultado de esa foto. Con un selfie, puedes hacer un trabajo completo de dirección artística sobre el producto final, garantizando la foto más favorecedora de ti misma, ¡jamás! Cuando te haces un selfie puedes controlar muchas cosas, como el lugar, la iluminación y el atuendo, para que salgas lo mejor posible en todo momento. Si quieres, ¡incluso puedes hacer que salgas mal! ¡Las redes sociales se nutren de selfies poco favorecedores! Al hacerte un selfie tendrás el control del resultado y de cómo saldrás en cada foto.

Tres cosas buenas de los selfies

Deshazte de las inseguridades

En general, la gente no es muy fotogénica y a muchas personas a las que no les gusta que les hagan fotos suelen sentirse inseguras con su aspecto. Con un selfie, como puedes hacerte una foto una y otra vez hasta que creas que tienes un aspecto favorecedor, tus inseguridades tienden a ser menores a medida que adquieres confianza. Cuantas más publicaciones de selfies suba una persona, más cómoda en su piel se sentirá.

Tú eres el fotógrafo

No sólo puedes captar tu mejor ángulo, sino también a ti mismo en tus mejores ángulos. Al hacerte tu propia foto, puedes eliminar las imperfecciones o cualquier otra marca que no quieras que la gente vea. Esto puede ayudarte a sentirte más cómodo haciéndote la foto, dándote tiempo para acostumbrarte a hacerte una foto a ti mismo.

Diviértete con ello

Tomarte tu propio selfie te permite divertirte con él tanto como quieras. Esto se debe a que tienes el control sobre lo que quieres que vean los demás y puedes convertirte en tu propio proyecto artístico. Divertirte con tus selfies también te proporciona un montón de ángulos nuevos y emocionantes de ti mismo para explorar.