Muchos dicen que la comida en Estados Unidos es todo lo que los demás han traído del resto del mundo. Dicen que Estados Unidos no tiene una cocina propia: los alemanes inventaron los perritos calientes y los británicos comían tarta de manzana hace como 1.000 años. Pero lo cierto es que existe la comida típica de América. América tiene una cocina que no podría haberse originado en ningún otro lugar. A veces son un poco demasiado grasientas, un poco demasiado cursis y a veces se fríen unas cuantas veces de más. Pero a los americanos les encantan, incluso se podría decir que están orgullosos de ellas:

Alimentos inventados en América

1. Perro de maíz

En los años 40, un ingenioso hombre de Texas tuvo la idea de mojar perritos calientes en harina de maíz, freírlos y pincharlos en un palito. Así nació una tradición americana, y desde entonces parece que cada verano los americanos se dicen: ¿qué podemos freír ahora? Han frito Twinkies, Oreo, hamburguesas, incluso coca-cola. Pero todos estos maravillosos logros tienen una deuda con el alimento original que realmente no necesitaba ser rebozado y frito, sino que tenía que serlo: el perrito de maíz.

2. Philly Cheesesteak

Sólo Filadelfia podría inventar un sándwich icónico y luego insistir vehementemente en que no se intente hacerlo bueno. Sólo los peores ingredientes, por favor. NO utilices carne buena. Necesitas la carne más grasa y fibrosa para conseguir un sabor adecuado, y no se permite queso de verdad. Sólo Cheese Whiz.

3. «Comida china»

Una de las grandes cosas de la cocina estadounidense es que, cuando se les ocurre algo tan escandaloso, incluso encuentran la forma de achacárselo a otra persona. Un ejemplo: la «comida china». Por toda América, los bufés chinos ofrecen interminables surtidos de hermosa comida frita y empapada de grasa. Pollo General Tso, chop suey, rollitos de huevo, chow mein, galletas de la fortuna. ¿Qué tienen en común todos estos platos? Todos se inventaron en América. En serio, gente, ¿de verdad creéis que los chinos comen esto? No. Comen arroz. Con verduras y quizá un poco de carne. Y tampoco rebozado ni frito, ni doblemente frito.

4. S’mores

Es difícil decir exactamente cómo los s’mores se hicieron tan populares en toda América. Las galletas Graham no son especialmente apreciadas, como tampoco lo son los malvaviscos. Por lo general, a la gente no le gusta comer cosas que se cocinaron en un palo encontrado en la tierra, ni tampoco quemar nuestra comida hasta dejarla crujiente antes de la hora de cenar. Sin embargo, de algún modo, los s’mores funcionan. A pesar de la contracción cursi de su nombre y del hecho de que tienes que cocinarlos y montarlos tú mismo, en lugar de pedirlos en una ventanilla de comida rápida, todavía no he conocido a nadie a quien no le gusten los s’mores.

5. Bocadillo de Reuben

Este sándwich completo puede parecer una exquisitez internacional, pero el reuben es lo más americano que puede haber, gastronómicamente hablando. Empieza con pastrami, una carne tan impregnada de especias que tiene más sabor en un solo bocado que la mayoría de las comidas completas. Ponla hasta arriba, preferiblemente al menos medio kilo de carne por bocadillo. Añade un poco de queso «suizo», un queso insípido y agujereado que ningún suizo de verdad tocaría jamás. Remátalo con «aliño ruso», un hermoso brebaje de mayonesa anaranjada que -lo has adivinado- no tiene nada que ver con Rusia.